Amigo:
S que existes, aunque ignoro tu nombre,
no lo he sabido nunca, ni lo quiero saber.
Pero te llamo amigo para hablar de hombre a hombre,
que es el nico modo de hablar de una mujer.
Esa mujer es tuya, pero tambin es ma,
y es un pecado, es cierto, si es pecado el amor.
Pues el rosal marchito que ya no floreca
no se siente culpable si le brota una flor.
Ahora es de noche y llueve, yo te llamo mi amigo.
Yo que corte una rosa que era tuya, quizs.
Y ella, en tu propia almohada, tal vez suea conmigo;
y t, que no lo sabes, no la despertars.
No importa lo que suea, djala as, dormida,
yo ser como un sueo sin maana ni ayer.
Y ella ir de tu brazo para toda la vida,
y abrir las ventanas en el atardecer.
Qudate t con ella. Yo seguir el camino.
Ya es tarde, tengo prisa, y an hay mucho que andar,
y nunca rompo el vaso donde beb un buen vino,
ni siembro nada, nunca, cuando voy hacia el mar.
Y pasarn los aos favorables o adversos,
y se abrirn las rosas que crecen porque s.
Y yo no sabr nunca si has ledo estos versos
ni tu sabrs, tampoco, que los hice por ti.
De: Poemas prohibidos
(Seleccin: Carmen Gonzlez Huguet)
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