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Canto al más puro mar

Oh, rojo mar en ristre ¡qué aguas altas y fuertes te arrancas desde el seno trágico y desvelado para volcar tus pulsos sobre estas arduas muertes y estas ciudades negras! Y sobre el oxidado diente de las estrellas, y sobre las llanuras donde la sangre llora… ¡Oh joven mar airado emergiendo entre acacias y mausoleos, duras tus ruedas inmortales! Huesos sin paz, cabezas enmohecidas te aguardan en las torres impuras de la historia ¡La noche! ¡Mi puñal de firmezas! Y en el centro dramático de tus entrañas velan tu música y tu forma, su pasión de promesas.



De: Desvío de la estrella


ALVARO FIGUEREDO




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