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Playera

Hora de bajamar salobre y verde,
cuando crece la fruta de la playa
sin espinas de niños marineros
y canta así la brisa de la tarde:

—El perro blanco
y el perro negro juegan en la arena,
juegan al sexo
en la gris complacencia de la sombra.

Hora de pleamar, amplia y jocunda,
cuando lloran los ojos del cangrejo
y dice así la noche arrodillada
su profunda canción de caracola:

—El pez de oro
y el pez de plata juegan en la espuma,
juegan al sexo
en la azul transparencia de la estrella.



De: Adán Liberado


RICARDO J. BERMÚDEZ




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