JUAN REJANO | |
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La noche del olvido me está esperando, abierta, quiere acoger mi sombra como una inmensa tumba. Su aliento me aproxima no sé qué enervadora fragancia y siento el roce de su aterida forma cual si el borde de un ala monstruosa, invisible pasara desgarrando la piel de mis sentidos. No... | |
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Van cuatro jinetes por la lejanía. Largas capas negras, negras sombras íntimas. (Si yo me alejara, ¿tú me olvidarías?) Se oscurece el campo bajo la llovizna. Altas sierras negras, negras las encinas. (Si estuviera ausente, ¿tú me olvidarías?) Tañe la campana de una vieja ermita... | |
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Niebla fija, arboleda de fundidos ramajes, vegetal nebulosa que en su vientre guardara la jubilada imagen de todo el universo. Así tu forma vana, tu firme incertidumbre, medusa de mil sierpes flotando en las orillas donde la nada empieza. Nos robas, nos ocultas, te llevas lo soñado,... |
OTROS POETAS EN LA VOZ DE JUAN REJANO |
De José Herrera Petere
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Oh claridad que veía, oh dulzura que acababa en México! Hay sentimientos que cortan las esperanzas. Te vi como roca queda ¡las claridades pasadas! a ti, amiga, amiga, amiga ¡Las claridades que amaba! En México, en las alturas se perdieron las mañanas... |
De Luis Cernuda
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No conozco a los hombres. Años llevo De buscarles y huirles sin remedio. ¿No les comprendo? ¿O acaso les comprendo Demasiado? Antes que en estas formas Evidentes, de brusca carne y hueso, Súbitamente rotas por un resorte débil Si alguien apasionado les allega, Muertos en la leyenda... |
De Gabriel García Narezo
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Como si hubiera de morir mañana y una gran claridad ante mis ojos dejase la verdad, las cosas claras, lo severo y desnudo y lo más hondo; como si hubiera de elegir virtudes, escoger paso y gesto y el camino que me lleve sin prisa hasta la cumbre donde la vida cobra su sentido... |
De Agustí Bartra
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Abolida la estrella al final de la aurora de falda forestal, abro al viento mi mano con huella de crisálida y digo la palabra más dulce de mi tiempo, la gran Sílaba que prolonga el rumor del olivo solar y brilla en el coral de los ojos de la paloma. Paz de labios de leche para el hombre... |
De Agustí Bartra
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Qué puede vencer, dime, la distancia entre el sueño y las islas blanquísimas? El mastín de la noche dormirá entre jazmines. Mástil mitad del sol y mitad de la luna. Caen fardos de estrellas en las barcas... |
De José Moreno Villa
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La luna reina como pocas noches. Camináis lentamente. Llevas a tu mujer como si fuera un ánfora sutil que el tacto rompe. ¿Cómo será?... ¿Será niñito el hijo? ¿Sus ojos serán grandes y expresivos? ¿Lo quieres ya sin verle? Lo quiero ya porque eres tú conmigo; porque no puede oler... |
De Concha Méndez
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Cómo galopa la sangre! ¡Qué difícil detenerla para que nos vaya al paso cuando vive con tal fuerza! Le he puesto duros bocados; la he sujetado las riendas; hay un viento que me puede y la clava mil espuelas. ¡Yo no sé con este empuje, yo no sé a dónde me lleva!... |
De Ernestina de Champourcin
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Cuando venga la noche quiero habértelo dicho; quiero haberlo gritado a través de la tierra. Hay cosas que no pueden callarse para siempre y júbilos secretos que deshacen un día los más íntimos nudos. Cuando venga la noche quiero haberlo cantado para que todos sepan y todos me pregunten... |
De Jomi García Ascot
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Hemos venido aquí, desde muy niños, a esperar, y a vivir. Llevamos en las manos muchos años y el otoño en lejanos comedores vastos de sobremesa y de presagios. Llevamos en las manos luces amarillentas, deberes escolares, gestos que conocimos como iglesias de pueblo, y en jardines que... |
De Juan José Domenchina
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Es la noche sin fin, la desvelada noche, que con sus filos de cuchilla implacable recorta en amarilla muerte, nuestra silueta enajenada. Vivir, cuando vivir no vale nada, equivale a sembrar, con la semilla infecunda, el dolor, que tanto humilla; de una existencia rota y postergada. Y... |
De Enrique Díez-Canedo
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Todo lo llevas contigo, tú, que nada tienes. Lo que no te han de quitar los reveses porque es tuyo y sólo tuyo, porque es íntimo y perenne, y es raíz, es tallo, es hoja, flor y fruto, aroma y jugo, todo a la vez, para siempre. No es recuerdo que subsiste ni anhelo que permanece; no... |
De Juan José Domenchina
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En las cenizas de mi voz apuro un rescoldo de lumbre que no es mío. Estoy al sol y solo con mi frío de sombra deslizada por un muro. Pendo, como de un garfio, de mi duro perfil, que el sol incrusta en un baldío rencor de cal y canto... |
De Nuria Parés
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Apartaos de mí, que me he arrancado esa mitad de sombra a manos llenas para arrojarla al sol con la alegría con que se iza al viento una bandera. Apartaos de mí, porque he lanzado los caballos del sueño a la carrera y un galopar de potros se desboca como un golpe de sangre por mis venas... |
De Jomi García Ascot
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Esta tarde que muere es también vuestra tarde. Bajo el ciclo fugitivo es también vuestra voz el canto de estas nubes que llenan mi pecho y huyen y el canto de estas nubes es España. España caliente manantial trazado con el viento, el peso de mi sangre, memoria del olvido. Bajo la... |
De Concha Méndez
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Fantasmas de hielo y sombra animados y sin alma me cercan por todas partes adondequiera que vaya. Me cercan y me persiguen, pero nunca me acobardan, porque al hielo que me oponen, les opongo fuego o llama. Con ellos estoy en duelo, en duelo que no se... |
De Luis Rius Azcoita
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A lo oscuro corrías de los bosques, huyendo. Se llevaba tu sombra la mañana herida por el fuego, y a tu voz la arrojaban en un pozo profundamente negro. ¿Dónde podías ir tú sin voz ni sombra? ¿Dónde esconder la muerte de tu cuerpo? a lo oscuro corrías de los bosques, huyendo... |
De José Bergamín
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La música traiciona el sentimiento, Delia, en tus ojos, tan divinamente que hacen su noche oscura transparente de sobrenatural entendimiento. Los astros, que armonioso movimiento rige, mintiendo amor, calladamente, buscan en tu mirada el aparente reflejo a su encendido pensamiento... |
De José Bergamín
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Carmela, más que nubes, más que nieves, más que plumas, que espumas, más que albores, tejen dorados hilos zurcidores la aurora de tu frente en copos leves. No separes tus ojos, no te lleves, gacela huida a tantos resplandores, sus dardos encendidos, heridores... |
De Nuria Parés
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Qué fe retoñaría si nosotros pudiéramos ponernos una fecha como una flor de luz entre los labios! ¡Marcarnos en el tiempo con la fuerza con que el ritmo del hombre se recorta sobre las estaciones de la tierra!... |
De José Bergamín
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Pienso que sigue al eco prolongado del mar, en su sonora voz oscura, aquella voluntad honesta y pura , lumbre que enciende mi ámbito callado. De luz y no de sombra estoy cercado, como la noche; mi pasión apura la tiniebla sutil que me procura vivir de claridades rodeado. Padezco por... |
De José Bergamín
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Siento que paso a paso se adelanta al doloroso paso de mi vida el ansia de morir que siento asida como un nudo de llanto a la garganta. Fue soledad, fue daño y pena, tanta pasión que en sangre, en sombra detenida, me hizo sentir la muerte como herida por el vivo dolor que la... |
De Luis Rius Azcoita
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Vedlo otra vez aquí. De su vieja piel brotan absurdamente flores en salvaje melena enmarañadas: recientes, frescas, olorosas flores (así Elvira Gascón lo ha dibujado). Y de la cueva honda de su boca a veces una voz terrible sale clamando; voz oscura que, inesperadamente traicionada,... |
De Manuel Altolaguirre
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Voy buscando los ojos de una torre alzada con oscuros pensamientos, pues quiero darle fronda de miradas a la columna altiva de mis sueños. La quieren derribar vientos de duda, la asedian nubes que le son coronas, como césped le besa el pie mi fuego. Dentro me elevo, sin que nunca... |
De Manuel Altolaguirre
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Mi forma inerte, grande como un mundo, no tiene noche alrededor ni día; pero tiniebla y claridad por dentro hacen que yo, que tú, vivamos. Mares y cielos de mi sangre tuya navegamos los dos. No me despiertes. No te despiertes, no, sueña la vida. Yo también pienso en mí cuando te... |
De Juan José Domenchina
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Mis plantas, estas plantas de impreciso paso sin huella, errantes por el suelo... Ayer anduve firme, y hoy no suelo sentirme las pisadas cuando piso. Anduve firme cuando Dios lo quiso. En mi solar dejaba sin recelo bien asentado el pie que en vilo, en vuelo hoy va, entre dos... |
De Manuel Altolaguirre
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Sentirse solo en medio de la vida casi es reinar, pero sentirse solo en medio del olvido, en el oscuro campo de un corazón, es estar preso, sin que siquiera una avecilla trine para darme noticias de la aurora. Y el estar preso en varios corazones, sin alcanzar conciencia de cuál sea... |
De Concha Méndez
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No es aire lo que respiro, que es hielo que me está helando la sangre de mis sentidos. Tierra que piso se me abre. Cuanto miro se oscurece. Mis ojos se abren al llanto ya cuando el día amanece. Y antes del amanecer, abiertos miran al mundo y no lo quieren... |
De Emilio Prados
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La noche, perseguida, se entró por mi ventana: Méteme por tus ojos, escóndeme en tu olvido; aun tu cuerpo, entreabierto, puede muy bien guardarme, antes de que se entregue al cerrado abandono que ya está desciñendo tu ardiente vestidura. Antes de que en el sueño sin voluntad de... |
De Juan Gil - Albert
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Noche de las estrellas te estremeces con un fluido oscuro. En tus arpegios de soledad escucho la hermosura de la existencia. ¡Oh lumbres fugitivas en cuyo seno mora irreparable la verdad! Qué sombrías esperanzas abres a quien te mira recostado desde la dulce tierra y se incorpora con... |
De Adolfo Sánchez Vázquez
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Como río que pierde sus riberas mi corazón invades. Yo te siento en cuanto se repliega el pensamiento hacia sus más recónditas laderas. Quema tu paso, queman tus hogueras y la razón se queda sin sustento. El alma la modela el sentimiento y se exaltan las viejas primaveras... |
De Pedro Garfias
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Sé que si le grito fuerte el silencio se acongoja. Sé que si la piso duro es la piedra la que llora. Sé que si camino aprisa se me derrumban las hojas. Por eso voy con cuidado, acariciando las formas, mirando a un lado y al otro y respetándolas todas. Que hay quien se duele del cuerpo y a mí me duelen los hombres... |
De Manuel Altolaguirre
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Dicen que soy un ángel y, peldaño a peldaño, para alcanzar la luz tengo que usar las piernas. Cansado de subir, a veces ruedo (tal vez serán los pliegues de mi túnica), pero un ángel rodando no es un ángel si no tiene el honor de llegar al abismo. Y lo que yo encontré en mi mayor caída era blando... |
De Concha Méndez
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Se mire donde se mire, nada se ve por la tierra, que la luz ya no es la luz, que es sombra negra y sin tregua y por todos los caminos la sangre hasta el pecho llega. ¿Por qué esta mezcla de sangres, unas viejas y otras nuevas? ¿Qué necesitan los dioses del Porvenir, que las mezclan?... |
De Adolfo Sánchez Vázquez
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Si el árbol de la sangre se secara y el corazón, ya seco y sin latido, fuera polvo total, norte abolido que nadie en este mundo recordara; si el alma sin soporte se quedara y la tierra, materia del olvido, de muertos se cubriera y lo podrido en un bosque de heridas germinara; si el... |
De Adolfo Sánchez Vázquez
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En qué región del aire, por qué mares oh latitud humana del tormento tuvo el crimen tan claro yacimiento y la muerte más vivos hontanares? ¿En qué bosques las hachas seculares gozaron de tan largo valimiento? ¿Dónde tuvo el dolor mejor cimiento? ¿Dónde el llanto tan pródigos lagares? ... |
De Concha Méndez
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Todo, menos venir para acabarse. Mejor rayo de luz que nunca cesa; o gota de agua que se sube al cielo y se devuelve al mar en las tormentas. 0 ser aire que corra los espacios en forma de huracán, o brisa fresca. ¡Todo, menos venir para acabarse como se acaba, al fin, nuestra... |
De Ernestina de Champourcin
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Tres palabras tres clavos sujetándose el cuerpo; tres alas en mi alma sosteniéndome el vuelo. El día se hizo luz cuando rompí el silencio. Después... Tú ya lo sabes. Resucité hacia dentro. Fui distinta y la misma. Me despojé en secreto y me quedé sin mí por llenarme de cieno. Tres... |
De Juan José Domenchina
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Una vez más tu piel, tu desprendida piel de reptil, se pudre en el sendero, junto al descamisado pordiosero que nos viene a vender la nueva vida. Con plantas sin raíces, mal prendida a la derrota de su derrotero, va el paso peregrino del romero extático en su punto de partida... |
De José Moreno Villa
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Hunde la rama del sauce en la alberca su fatiga; levanta el ciprés su lanza infatigable a los cielos. Con el sauce, vivo. Con el ciprés, sueño. Lánguida rama de sauce me cuelga entenebrecida. Lanza de ciprés emerge de mi piel hasta el misterio Con el sauce, vivo. Con el ciprés,... |
De José Moreno Villa
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Yo detesto las rosas; una rosa me encanta. Yo detesto los árboles; pero un álamo, un chopo, un níspero, un olivo son como gente mía. Yo detesto las piedras, pero el agua-marina, la esmeralda, el topacio y el profundo zafiro son almas misteriosas que agrada sondear. Yo detesto la... |
De Pedro Garfias
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Yo sé que ya mi voz se va perdiendo, yo sé que ya mis ojos vuelan poco, sé que de tanto ya sentirme loco loco me estoy volviendo. Sé que mi amor sé fue sin haber sido, que mi vida se va porque así quiere, y que mi anhelo de vivir se muere en pasmo convertido... |