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Luis Cardoza y Aragón. Testimonio y poesía    
    Editora del fonograma:    
    Palabra de esta América    
por Luis Cardoza y Aragón    
Colaboración: Eduardo Ortiz Moreno    
Página web de Voces que dejan huellas    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

Neruda


Tel qu’en Lui-meme en fin l’eternité lr change
Stéphane Mallarmé



Amo su potencialidad en la ternura y en la diatriba, en la descripción o la síntesis de una visión, de un indecible estado de ánimo. Al cantar la cebolla o el alambre de púas. En su pesadumbre por la muerte de Silvestre Revueltas, en los poemas de su tenaz amor a España, a nuestro pueblos en Canto General.

Amo su arrollador caudal amazónico. Su vía láctea con raudales luminosos y sombras vehementes.

Amo su identificación raigal de lo que fue como hombre con su poesía.

Amo en él esta unidad hermosa y central y telúrica, por sobre todas las cosas.

Amo su amor a la libertad, a la paz. Su lucha solidaria porque el Nuevo Mundo sea un mundo nuevo.

Amo lo dilatado de su creación, no sólo por oceánica sino por la diversidad que explica la áurea coherencia de su obra.

Amo la fecundidad que no siempre es extensión. Sino la imposibilidad de agotar una obra, aunque sea muy breve.

Amo esa plétora en su obra pródiga y prodigiosa.

Amo sus constelaciones, sus montañas de hojarasca, la incesante pureza de su exacta voz sin bridas.

Amo la sinceridad de su canto a Stalin, como amo su poesía desolada e impaciente, como “Tango del viudo”Amo su “impureza”, sus faros de esperanza y estiércol, de júbilos y pórfidos. La anchura de su redonda voz cenital.

Amo sus fálicas y castas Residencias. Todos sus libros.

Porque en ellos el acento es siempre acerado y trémulo.

Amo su sencillez oscura, su cósmica sensualidad, su glotonería celeste, su solar complejidad.

Amo su firmeza de siempre, en todo y para todos.

Amo su definición y el asombroso poder imaginante de su poesía. Su canto llano y sus jeroglíficos precolombinos.

Amo su ira fulminante, su sonrisa de agua perpleja, su balbucir atropellado o su directa pasión sin litorales.

Amo su pan moreno, su espada de arcángel, su granito y su espuma, el caballo verde de su poesía y su rosa de amante.

Amo su hablar lento de boa constrictora, el adánico fervor felino de su mundo siempre amaneciendo.

Amo su desmesura y la geometría de sus cristales.

Amo a Whitman en el norte, a Neruda austral.


24 de septiembre. 1973.



De: Poesías completas y algunas prosas



LUIS CARDOZA Y ARAGÓN






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