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palabra virtual

Edad Media    
    Editora del fonograma:    
    Alhambra Longman    
por Manuel Dicenta    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

Romance del infante vengador


¡Helo, helo por do viene
el infante vengador,
caballero a la jineta
en un caballo corredor,
su manto revuelto al braço,
demudada la color,
y en la su mano derecha
un venablo cortador!
Con la punta del venablo
sacarían un arador,
siete veces fue templado
con la sangre de un dragón
y otras tantas afilado
porque cortasse mejor;
el hierro fue hecho en Francia
y el asta en Aragón;
perfilándoselo yba
en las alas de su halcón.
Yba buscar a don Cuadros, a don Quadros,
a don Cuadros el traydor:
allí le fuera a hallar
junto el emperador.
La vara tiene en la mano,
que era justicia mayor.
Siete veces le pensaba
si lo tiraría o no,
y al cabo de las ocho
el venablo le arrojó.
Por dar al dicho don Quadros,
dado ha al emperador,
passado le ha manto y sayo,
que era de un tornasol;
por el suelo ladrillado
más de un palmo lo metió.
Allí le habló el rey,
bien oyréys lo que le habló:
—¿Por qué me tiraste, infante?
¿Por qué me tiras, traydor?
—Perdóneme tu alteza,
que no tiraba a ti, no;
tiraba al traydor de Quadros,
esse falso engañador,
que siete hermanos tenía
no ha dexado sino a mí, no;
por esso delante de ti,
buen rey, lo desafío yo.
Todos fían a don Cuadros,
y al infante no fían, no,
si no fuera una doncella,
hija es del emperador,
que los tomó por la mano
y en el campo los metió.
A los primeros encuentros,
Quadros en tierra cayó.
Apeárase el infante,
la cabeça le cortó,
y tomárala en su lança
y al buen rey la presentó.
De que aquesto vido el rey,
con su hija le casó.



ROMANCERO ESPAÑOL






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