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palabra virtual

Manuel Ponce    
    Editora del fonograma:    
    Voz Viva de México    
por Manuel Ponce    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

Romance poblano


Ante la urna que
guarda los restos de Fray
Sebastián de Aparicio.

Aquí yace, de aquí sube
en su calesa de vidrio,
pues era de sal y nieve,
Fray Sebastián de Aparicio.

Alivio de caminantes
y confesor de los lirios,
príncipe de carreteros
y emperador del silbido.

Su cuerpo cristalizado
se hace más y más chiquito;
ojos, dulces en conserva,
para eternizar idilios.

Su sueño desde la Bufa
desplazaba pergaminos
para bobinas carretas
de faraones mestizos.

Desde Veracruz, jaranas,
aromas y caramillos,
abrió con sonoridades
itinerarios de trinos.

En rodantes redentores
de tamemes oprimidos,
sus trópicos rechinantes
llenan el Parián florido.

Buen lazador al floreo,
lazó montes, lazó abismos,
lazó ciudades distantes
con peales desmedidos.

Se desposó por dos veces;
y solamente lo hizo
para ilustrar sus lecturas
sobre desposorios místicos.

A su paso se trocaba
la vieja noche del mito
en misterios almendrados
y en alabastro de Cristos.

Los ojos de la obsidiana,
los emplumados anfibios,
las muertes escalonadas,
lloraban su desperdicio.

¡Qué lloviznas de moreras!
¡Qué navidades de hilos!
Pues gusano y mariposa
fue Sebastián de Aparicio.

Y de capullos de seda
tejió puentes y caminos
a fragosos Evangelios
y errabundos Catecismos.

Ya en el cielo lo consagran
a más celestes arbitrios,
pues rige las terminales
de planetarios Concilios.

Por eso sube a la torre
más alta de su epinicio
cada vez más empinado
en su calesa de vidrio.

Viejo alarife, la luna
poblana encala edificios,
y vela el sueño de nieve
de Sebastián de Aparicio.



De: Poemas dispersos



MANUEL PONCE






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